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23 jun 2011

El lobo Marino del Sur en las costas Peruanas.

El lobo marino del sur o de un pelo (Otaria byronia) se distribuye desde la localidad de Zorritos (Perú) a los 4°S sobre el Océano Pacífico, hasta Torres (Brasil) a los 29°S sobre el Océano Atlántico (Vaz-Ferreira, 1976, 1982; King, 1983; Sanfelice et al., 1999). En el Perú, el lobo marino chusco esta designado como especie vulnerable en la lista de Especies Amenazadas de Fauna Silvestre por el Decreto Supremo N° 013-99-AG. La población mundial se calculaba en 275.000 individuos pero estas estimaciones tuvieron un carácter fragmentario y fueron realizadas hace más de dos décadas (Vaz-Ferreira, 1982). En un estudio reciente se concluyo que en el Perú, este pinnípedo es el más abundante a lo largo de las costas, y se encuentra en estado vulnerable, debido a los cambios demográficos por el impacto en la disminución de la comida y el fenómeno natural el Niño de 1997-1998.

Censos realizados entre 1984 y 2006 por el IMARPE (Instituto del mar de Perú), que cubrió 71 áreas desde Los Órganos (4°10'S 81°7'W) a Morro Sama (18°S 70°53'W). Concluyeron que como resultado de ENSO (el niño oscilación del sur) 1997-1998, la población disminuyo de 144,087 individuos a 27,991 individuos, es decir un decrecimiento del 81%. De acuerdo a lo ultimo reportado a nivel nacional por el IMARPE, existían 118,220 individuos en las costas Peruanas para el 2006, representado por un 34% hembras, 32% crías, 3.% machos adultos, 12% juveniles y 17% indeterminado. Se contaron 71 colonias reproductivas. Se cree que el crecimiento de la población se debe a la restauración de los niveles normales de reproducción, debido a la presencia de comida y a la repoblación de colonias de lobos marinos de la misma especie provenientes de Chile (Oliveira et al., 2009). Durante ENSO los vientos alisios del Sureste disminuyen o desaparecen, los flujos del Perú, Sur Ecuatorial y Cromwell contra corriente disminuyen y las cálidas aguas se acumulan en el Pacífico oriental tropical (Wyrtki 1982). En el Perú, El Niño eleva la temperatura de las aguas superficiales del mar de la costa norte causando una abundante evaporación, que, al extenderse por los Andes peruanos, da origen a persistentes lluvias que a su vez son causa de inundaciones y huaycos (aluviones). Estos cambios en la temperatura, precipitación pluvial, inundaciones y tormentas, como consecuencia están asociados a un aumento de: a) las enfermedades transmitidas a través del agua, tales como hepatitis, shigelosis, tifoidea y cólera; b) enfermedades transmitidas por vectores, tales como malaria, dengue, fiebre amarilla, encefalitis y peste; y, c) plagas en la agricultura como roedores, insectos, bacterias, hongos y virus (House et al 2002). Los lobos marinos sufren por los efectos de El Niño, principalmente porque sus fuentes de alimento, tales como peces y calamares, se alejan de la costa y se profundizan en el mar. Ello implica que la duración de los viajes al mar de estos pinnípedos se prolongue y eventualmente ellos gasten más energía en buscar el alimento que la que el alimento les provee (Jacsik 1998). Este balance negativo se refleja en enflaquecimiento y mortalidad masiva de pinnípedos. Los primeros en ser afectados son las crías, incapaces de alimentarse a sí mismas y con menores posibilidades de desplazamiento que los adultos. Mortalidades masivas de crías en las costas son frecuentes de observar tanto en Perú como en Chile (Limberger 1990) y en las Islas Galápagos (Trillmich y Limberger 1985). De hecho, las apariciones de lobos marinos en el norte de Chile, provenientes de Perú, fueron propuestas por Torres (Torres 1985). Otro factor de El Niño que altera las poblaciones de peces es el incremento de las lluvias a lo largo de la costa sudamericana, lo cual resulta en un aumento en la turbidez y disminución de la salinidad marina debido a un crecimiento en las descargas de los ríos, que traen consigo grandes cantidades de sedimentos y agua dulce. Los peces abandonan sus hábitats costeros o mueren debido a condiciones inadecuadas del agua (Jacsik 1998). Estos cambios ambientales y climáticos pueden causar estrés fisiológico, comprometer la resistencia inmunológica de los huéspedes y aumentar la frecuencia de enfermedades infecciosas (Moore 2008).

En el Perú y en otras partes del mundo, esta especie es considerada como parte de una fauna nociva para el gremio de pescadores, debido a la destrucción de sus redes

¿Cuáles son las acciones que han tomado los pescadores para “eliminar este problema”? No es sorprendente ir caminando por las playas del Perú y observar los cadáveres de los que fueron alguna vez madres, crías, juveniles o adultos y que ahora están reducidos a huesos o cenizas. Como ejemplos tenemos que durante el 2009, hubo una matanza de más de 200 individuos en Colán, Piura donde claramente manifestaban los signos de envenenamiento y lesiones, por el consumo de anticoagulantes, posiblemente raticidas, los cuales fueron ofrecidos en el pescado, sin que hasta ahora se haya hecho algo.

Fig. 1. Lobo marino del sur (otaria byronia) de aproximadamente 8 meses, hembra. Con de dolor abdominal, deshidratación leve, anorexia, letárgia, trauma en senos paranasales. Lamentablemente falleció víctima de un cuadro de gastroenteritis hemorrágica. Varada en playa Waikiki, en las costas de Lima, Perú.

Por otra parte, están las victimas debido al uso de armas punzocortantes, de fuego y palos, este ultimo provocándole traumas craneoencefálicos letales. Sorprendentemente, estas muertes son parte de la vida diaria de la población peruana la cual poco a poco se ha ido desensibilizado; lo peor que le podría pasar a una sociedad es acostumbrarse a eventos totalmente aberrantes. En las costas peruanas el rescate y rehabilitación de crías de lobos marinos es común debido a la pérdida de su referente (madre), así como las limitantes en sus características físicas, etologías y estrategias de alimentación, lo que provoca su varamiento y/o muerte; siendo los cuadros clínicos de desnutrición, anorexia, depresión y enfermedades secundarias, un hallazgo sumamente común. Por otra parte, los juveniles y adultos son un foco rojo, ya que son mayormente víctimas de traumas craneoencefálicos y el uso de armas blancas.

Fig. 2. Macho subadulto (O. byronia) varado en las costas de Piura, Perú. Victima producto de envenenamiento posiblemente por el uso de anticoagulantes. Obsérvese la epistaxis y hemoptis.

¿Cuándo terminará? Posiblemente cuando las instituciones competentes formalicen un enfoque integral a la problemática del pescador artesanal, desde la adopción de medidas de conservación de recursos, la promoción de la maricultura como alternativa o complemento de su actividad extractiva, que ayude a reducir el actual esfuerzo de pesca y medidas que promuevan la formalización de esta actividad para promover su desarrollo sustentable (IMARPE 2005).La situación parece ser una lucha por la supervivencia, en la cual los más perjudicados son sin duda el medioambiente y los pescadores.

Artículo escrito por:

Casandra Galvéz, médico veterinario zootecnista.